El sector náutico español se hunde

Aporta 5.536 millones al Valor Añadido Bruto nacional y 115.000 puestos de trabajo, pero soporta la fiscalidad más alta de Europa y las ventas descienden el 8,7%. Comprar, amarrar y navegar en España es más caro que en cualquier país del Mediterráneo
Texto y fotos: Elena Ayuso / Madrid
Ante estos datos que confirman la crisis del sector, la Asociación Nacional de Empresas Náuticas (ANEN) reclama la ayuda de la Administración. Aunque pueda parecer frívolo reclamar ayudas para un sector de lujo en los tiempos que corren, desde el mismo se recuerda que la industria náutica aporta 5.536 millones de euros al Valor Añadido Bruto nacional y genera 115.000 empleos en España, además de contar con un considerable potencial de crecimiento y generación de riqueza. Y también que en nuestro país la presión fiscal es mayor que en otras naciones europeas, donde resulta más barato la compra y disfrute de una embarcación de recreo.
Los últimos datos oficiales de matriculaciones de embarcaciones de recreo confirman la aceleración en la caída que mantiene desde mediados de 2008 el sector náutico español. En el primer semestre de este año, ha descendido la venta de veleros y barcos de motor. A mayor número de metros de eslora, mayor es el descenso en ventas. En general, puede hablarse de una caída del 8,7%, siendo del 35% en los casos de esloras de más de 16 metros. Sólo aumentan las matriculaciones de las motos de agua y las embarcaciones neumáticas.
Si embargo, y como es lógico, no se compra pero sí se alquila. El mercado del chárter ha aumentado un 16,7% con respecto al mismo periodo del 2011.
Impuestos elevados, marinas vacías
El descenso de las matriculaciones es sólo uno de los problemas de este sector, que apunta a la Administración como la culpable de que las marinas españolas estén vacías.
Las empresas náuticas españolas reclaman ayuda, pero no económica sino de medidas legislativas. Afirman que España cuenta con tipos impositivos muy elevados que provocan que las embarcaciones de recreo no vengan a nuestro país. Un ejemplo: un yate de 30 millones de euros debe pagar, además del correspondiente 16% de IVA, un impuesto de matriculación del 12% de su valor para tener su base en España. Si el gasto anual de mantenimiento, tripulación, combustible, etc. de una embarcación de este tipo es de 3 millones de euros, el 80% se queda en la base. Se renuncia así a la generación de riqueza que rodea a estas embarcaciones en el puerto deportivo en el que atracan: hoteles, servicios, empresas auxiliares, seguros, etc.
Sin embargo, las tasas tan elevadas que se han de abonar en España alejan de nuestro país a cualquier barco de más de 8 metros cuya compra se ve gravada por este impuesto de matriculación. En el verano del año 2008, 1189 yates circulaban por el mundo. De esa cantidad, 767 se hallaban en el Mediterráneo. Y tan sólo 11 en España.
Alejandro Landaluce, director general de ANEN, cree que con esta política fiscal, la más alta de Europa, España renuncia a apoyar un sector que genera empleo y riqueza y atrae a un turismo de lujo que muy bien vendría a nuestro país. En el resto de Europa no existe el impuesto de matriculación y, aunque el IVA es más alto (20%), existe la posibilidad de reducirlo con ventajas fiscales que se obtienen a través de un sistema de leasing personal. Además, se tributa en función del tiempo que el barco permanece en aguas territoriales, por lo que, al final, se llega a un IVA del 6 u 8%.
Ante esta situación, las empresas de alquiler de embarcaciones de recreo renuncian a comprar, amarrar y navegar en España, donde es mucho más caro hacerlo que en cualquier otro destino del Mediterráneo. Se aleja así una industria auxiliar y un turismo de calidad que se queda en naciones como Italia y Francia, donde la náutica de recreo genera 650.000 y 350.000 empleos respectivamente.
Landaluce afirma que “el gran peligro de este sector en nuestro país es que va a desaparecer. Porque cuando pase esta crisis no existirán barcos españoles. Si en la actualidad el 80% de los barcos que se venden son extranjeros, de seguir así muy pronto será el 100%”. Las consecuencias a corto plazo ya han llegado: todos los astilleros han reducido plantilla.