La industria hípica crece y apuesta por su desarrollo

La actual Ley del Juego estipula un porcentaje entre el 50 y el 75% de la recaudación obtenida para premios, pero no se destina nada al organizador

Elena Ayuso / Madrid

En España cada caballo genera 5 puestos de trabajo, las carreras hípicas mueven más de 75 millones de euros al año y las apuestas alcanzan los 25 millones, con más de 10 millones de ingresos fiscales. El objetivo es seguir el modelo de Francia, donde esta industria representa el 2% del PIB, supera los 9.000 millones en apuestas y mantiene 74.000 empleos. Para ello, desde diversos sectores se aúnan esfuerzos para conseguirlo: modificaciones de la ley del juego, la celebración de una feria del caballo en Madrid y la inclusión de esta plaza en el Global Champions Tour son algunas de las iniciativas puestas en marcha.

En España, el pasado año aumentaron las carreras de caballos (se celebraron 572) y, con ellas, el número de caballos (1.015) y de puestos de trabajo generados, con un total de 6.000 empleos. Según un estudio de la Sociedad de Fomento y Cría Caballar de España (SFCCE), ente regulador de las carreras de caballos fundado en 1841, la relación entre aumento de carreras y creación de empleo es clara. El impacto que tiene en todos los sectores de la economía también queda demostrado: desde el desarrollo rural con tierras dedicadas a la cría caballar hasta los empleos generados en centros de entrenamiento (herradores, mozos de cuadras, profesores, veterinarios….), además del impulso de servicios como la hostelería, restauración, patrocinadores, etc. La industria hípica tiene una gran capacidad generadora de empleo y una gran capacidad de resistencia a la crisis económica global, creando empleo cuando en el resto de las actividades económicas no para de destruirse.
Lo que distingue el turf de las otras actividades hípicas son las apuestas en los caballos. Y ahí está la gran fuente de ingresos en este sector. Un sector que contabiliza en toda Europa 40.000 criadores, 500 hipódromos, 80.000 carreras anuales y 170.000 caballos, generando y manteniendo 300.000 empleos. De todas estas cifras, a España le corresponden 7 hipódromos, 1.015 caballos, 572 carreras y alrededor de 6.000 puestos de trabajo. El objetivo que se fija la SFCCE es aproximarse al nivel de Francia, país donde esta industria representa el 2% del PIB, con 9.000 millones de euros en apuestas (de los cuales 876 van a parar a las dos sociedades gerentes), 74.000 empleos, 300 hipódromos y 18.000 carreras, la mayoría patrocinadas por grandes marcas. Estas cifras permiten el mantenimiento de los centros de entrenamiento, de los hipódromos y de las localidades que los acogen, cuyos ayuntamientos recibieron el pasado año 5 millones de euros procedentes de la recaudación de las apuestas.

Un modelo económico a seguir que pasa por la popularización de un deporte que cuenta con un 10% de franceses gastando una media de 10 euros anuales en apostar por su caballo favorito.
Desde la SFCCE se reclama un mayor apoyo por parte de la Administración. La actual Ley del Juego estipula un porcentaje entre el 50 y el 75% de la recaudación obtenida para premios, pero no se destina nada al organizador. El director técnico de la SFCCE, Fabián Barreiro, declara que “lo esencial es conseguir una apuesta hípica externa adecuada, con un retorno del 8% para los organizadores del evento, y que se permita la apuesta por Internet, lo que multiplicaría con creces los ingresos”. En España la apuesta es presencial, excepto en San Sebastián, el único hipódromo donde la apuesta externa está permitida.

Además, se ha llegado a incluir algunas carreras en la oferta de la francesa PMU, por lo que los beneficios del hipódromo guipuzcoano (el único de gestión privada) se han disparado: en la primera jornada se recaudaron 2.500.000 euros de apuestas procedentes de Francia, de los cuales el 3% es para el hipódromo. El mismo día la recaudación en la Zarzuela era de 144.000 euros en apuestas presenciales. Esta es otra de las reclamaciones de la SFCCE: que se pueda apostar por las carreras celebradas en España desde operadores extranjeros, de forma legal y con un retorno para el organizador, no como en los casos de operadores foráneos que han ofrecido apuestas estando domiciliados fuera y sin rendir cuentas ni ante el organizador del evento ni ante el fisco español. No en vano fue un inmigrante español quien, en el París de 1865, inventó un sistema para que el aficionado eligiese el caballo de su preferencia reuniendo todas las apuestas en un monto común que se repartía entre los ganadores, previa correspondiente detracción para el organizador.

Todo ello favorecería el aumento de ingresos, lo que permitiría el incremento de carreras, premios, hipódromos, centros de cría y de entrenamiento, y de caballos, multiplicándose por 5 el número de empleos en un sector con gran potencial para ello.

Del turf al salto

Otro de los puntales de la industria hípica, el que reúne otras disciplinas como doma y salto, supera la crisis generando empleo y riqueza gracias a los numerosas concursos que se celebran cada año y a la larga vida en activo del caballo de este tipo de competición. También se mueve ficha en el mismo sentido: confirmar el desarrollo de esta industria. Para ello ya se ha anunciado la celebración de Madrid Horse Week, la primera feria indoor dedicada al caballo y que abrirá sus puertas el próximo 20 de diciembre en Ifema.

Además, sus organizadores, Oxer Sport, y el Club de Campo Villa de Madrid han logrado que el CSI de Madrid 2013 se integre en el Global Champions Tour, el circuito profesional de salto con mayor proyección internacional. Este acuerdo garantiza su continuidad en España, después de que su última edición celebrada en Oliva (Valencia) alcanzara un gran impacto mediático valorado en 7 millones y medio de euros.

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